LA VERSIÓN EN ESPAÑOL ESTA DESPUES DE LA VERSIÓN EN INGLES (the Spanish version follows the English version)
A little bit more than 11 months ago I was in very bad shape. Although always with unconditional hope and faith, things did not look pretty. I remember one gray day of many at the beginning. One of the physician’s assistants examined me, organ by organ, all the way to my feet. As she slowly and confidently moved down, she pointed out problem after problem: problem with my lungs, problem with my heart, problem with my bowels. I remember getting a bit frustrated. I closed my eyes, purposefully or not, pretending that that was not happening to me. Pretending that what I was living was a scene of one of the many movies I once dreamt I made.
A little bit more than 11 months ago I was in very bad shape. Although always with unconditional hope and faith, things did not look pretty. I remember one gray day of many at the beginning. One of the physician’s assistants examined me, organ by organ, all the way to my feet. As she slowly and confidently moved down, she pointed out problem after problem: problem with my lungs, problem with my heart, problem with my bowels. I remember getting a bit frustrated. I closed my eyes, purposefully or not, pretending that that was not happening to me. Pretending that what I was living was a scene of one of the many movies I once dreamt I made.
My body was so lifeless that needed a hoyer to be transferred from my bed to my wheelchair. Although the scene was pathetic, I thought it was kind of fun. It felt like a hybrid of Six Flags and ER (the show). I never let that pitiful situation impact my emotional state. I still can’t believe how I could disregard the magnitude of what was happening to me. I was not taking it one day at a time. I was taking it one minute at a time.
My first therapy sessions were also pathetic. Basic things such as keeping my balance were impossible. I remember falling to my sides every time I tried to sit at the edge of the therapy bed. I remember the radiant smile of my occupational therapist working patiently with me and constantly holding me so that I would not fall. I remember in one of those awfully painful days, the same therapist reprimanding me after seeing my sister wheeling me to the therapy room.
The first few weeks I could not enjoy the pleasure of a nice shower. The first time I took a shower is still vivid in my memory. It was hard. The first few times, the nurses had to stop at the beginning or midway because my blood pressure would drop to very unsafe levels. I remember one day, while I was getting ready to start taking a shower, how the radiant big blue eyes of my physical therapist would slowly disappear as my blood pressure dropped…. it dropped all the way to 60/30! I fainted. I lived the moment, one minute at a time. I actually enjoyed the ride.
Learning to transfer from my bed to my chair without the hoyer was also hard. I fell twice, twice in one day! I still see in my mind the face of disbelief of the nurse who helped me. The hoyer picked me up from the floor and carefully placed me back in my bed. The nurse gave me an anti-anxiety med, and in silence I cried myself to sleep.
I could narrate many more episodes like the ones I described. All of them have something in common: none of them could stop my hope, my faith, or stop me from keeping a positive attitude. In the back of my mind, my guardian angel would always tell me, “THIS WILL NOT STOP YOU”. It will not stop me from living my life fully. It has not stopped me.
I continued my intensive routine of therapy for 6 months. I religiously woke up early everyday to be on time at the therapy room. I always did. I always did regardless how hard or how frustrating the day before was. I always looked forward to my therapy sessions.
A few weeks ago my wife told me she wanted to go to visit her mom to celebrate her birthday. She asked me if it would be OK. Whether or not it would be OK was irrelevant. My wife deserved the break. My mother-in-law deserved being with her daughter. Yesterday, my wife took a plane that took her away from me, from my kids. Right now as I lay down in my bed, I am proudly reviewing my day: I made breakfast for my kids, got them ready for school (with the help of the nanny….doing hair is not my thing), drove them to the bus stop; at the end of the day, I drove them to baseball, to dance, to the park; I made dinner; got them ready to bed, read them a story, prayed and thank GOD for what I have, for who I am.
I dedicate this post to my five wonderful physical and occupational therapists: Jennifer, Emily, Darcy, Amanda and Anekke. Their dedication, their passion for what they do, their love for their patients, their patience, their sense of humor, their incredible skills, their obsessive determination to always go far and beyond the call of duty, made it possible for me to sleep every night and look forward to waking up the next day.
VERSIÓN EN ESPAÑOL (SPANISH VERSION)
VERSIÓN EN ESPAÑOL (SPANISH VERSION)
Esto no me detendrá
Hace poco más de 11 meses me encontraba en muy mal estado. Aunque nunca dejé de tener esperanza y fe, las cosas no se veían nada bien. Recuerdo uno de los tantos días grises al principio de todo esto. Una de las asistentes médicas me estaba examinando, órgano por órgano, cada parte de mi cuerpo, de la cabeza hasta los pies. Y mientras lentamente y con seguridad revisaba cada parte de mi cuerpo de arriba a abajo, iba señalando problema tras problema: problema en mis pulmones, problema en mi corazón, problema en mis intestinos... Recuerdo que comencé a sentirme un poco frustrado, por lo que cerré los ojos y, con determinación o no, me imaginé que nada de eso me estaba ocurriendo. Me hacia la idea de que lo que estaba viviendo era una de las escenas de las muchas películas que en algún momento soñé que había filmado.
Mi cuerpo estaba en un estado de inutilidad tal que necesitaba un elevador Hoyer (una especie de grúa) para transferirme de la cama a mi silla de ruedas. Aún cuando la escena era patética, pensé que hasta divertida era. Parecía un híbrido entre el parque de diversiones Six Flags de Atlanta y el programa de televisión ER. Nunca permití que esa dolorosa situación afectara mi estado emocional. Todavía hoy no puedo entender cómo pude ser indiferente ante la magnitud de lo que me estaba ocurriendo. No se trataba de vivir mi realidad día a día, sino minuto a minuto.
Mis primeras sesiones de terapia fueron igualmente patéticas. Hacer cosas tan básicas como mantener el equilibrio era tarea imposible. Recuerdo que me caía de lado cada vez que intentaba sentarme en la orilla de la cama terapéutica. También recuerdo la radiante sonrisa de mi terapista ocupacional quien con paciencia me guiaba y siempre me sostenía para que no me cayera. Recuerdo que en uno de esos días horribles esa misma terapista me regañó porque sorprendió a mi hermana empujando mi silla de ruedas para llevarme a la sala de terapias.
Durante las primeras semanas no pude disfrutar el placer de una buena ducha. El recuerdo de la primera vez que tomé una ducha permanece aún vívido en mi memoria. ¡Qué difícil fue! Las primeras veces, las enfermeras que me ayudaban tuvieron que cambiar de planes al principio o en la mitad del proceso porque mi presión sanguínea caía a niveles peligrosos. Recuerdo un día en particular porque mientras me preparaba para ducharme, desaparecían lentamente ante mí los grandes y radiantes ojos azules de mi terapista física a medida que caía mi presión... ¡Llegó a 60/30! Nada, me desmayé. Viví ese momento minuto a minuto. Debo decir que hasta lo disfruté.
Aprender a transferirme de la cama a mi silla de ruedas sin utilizar el elevador Hoyer también fue una tarea difícil. De hecho, me caí dos veces; ¡dos veces en un mismo día! En mi mente todavía veo la cara de desconcierto de la enfermera que estaba ayudándome. Tuvieron que levantarme con el elevador Hoyer y cuidadosamente colocarme de nuevo en la cama. La enfermera me dio una medicina contra la ansiedad y, en silencio, lloré hasta quedarme dormido.
Podría narrar muchos episodios más como los que acabo de describir, pero todos ellos tienen algo en común: nada pudo hacer flaquear mi esperanza, mi fe o mi actitud positiva. En lo profundo de mi mente, oía a mi ángel de la guarda que me decía, "ESTO NO TE DETENDRÁ". No impedirá que viva mi vida plenamente. Y no lo ha impedido.
Seguí la intensa rutina de mi terapia durante 6 meses. Religiosamente me levantaba todos los días temprano para llegar a tiempo a la sala de terapias. Siempre fue así. Siempre lo hice a pesar de lo difícil y de lo frustrante que había sido el día anterior. Ansioso me preparaba siempre para las siguientes sesiones de terapia.
Hace algunas semanas mi esposa me dijo que quería ir a visitar a su mamá para celebrar su cumpleaños. Me preguntó si habría algún problema. Que fuera o no un problema no importaba. Mi esposa merecía un descanso y mi suegra merecía estar con su hija. Ayer, mi esposa tomó un avión que la llevó lejos de mí, de mis hijos. Pero ahora, recostado en mi cama, con orgullo estoy pasando revista a los que hice durante el día: preparé el desayuno para mis hijos; los preparé para que fueran para el colegio (para esto necesité la ayuda de nuestra nanny pues peinar a las niñas no es mi fuerte); los llevé hasta la parada del autobús; al final del día los llevé al béisbol, a las clases de danza y al parque; preparé la cena; llevé los niños a la cama, les conté una historia; recé y agradecí a DIOS por lo que tengo y por lo que soy.
Hoy quiero dedicar esta página de mi blog a mis cinco maravillosas terapistas ocupacionales: Jennifer, Emily, Darcy, Amanda y Anekke. Su dedicación, la pasión por lo que hacen, el amor que sienten por sus pacientes, su paciencia, su sentido del humor, sus increíbles habilidades, su obsesiva determinación en hacer siempre más de lo que se espera de ellas, todo esto permite que en la noches al quedarme dormido espere con ilusión el nuevo día.
I love it! I love it! I love it! I am so proud of you!!!
ReplyDeleteEnzo: Eres una gran inspiración para todos. Dios ha puesto una gran misión de vida en ti, la cual estoy seguro vas a cumplir con creces. Ni te imaginas la gran cantidad de vidas que vas a inspirar!
ReplyDeleteTe admiro de todo corazón y que Dios te bendiga por siempre y para siempre! AMEN!
Querido Enzo, yo se lo dificil que es tomar la decision de levsntarse cada dia y decidir que quieres ser feliz a pesar de todo, tu lo has logrado y solo Dios sabe el esfuerzo que has tenido que hacer, Dios te bendiga siempre.
ReplyDeleteCOMPADRE...
ReplyDeleteAHORA NO TE PUEDO DECIR NADA!!
POR UN LADO ESTOY APRENDIENDO A USAR ESTO DEL BLOG :-S.
Y POR EL OTRO LADO TENGO UN NUDO EN LA GARGANTA, DE SENTIMIENTOS ENCONTRADOS...
EN LO DE WHY ME? ME HICISTES RECORDAR TANTO LO DE NOSOSTROS CON FABRIZIO...WOW
SON VIVENCIAS Q NOS ENRIQUECEN ESPIRITUALMENTE Y Q NOS DEJAN GRANDES APRENDIZAJES...
EL FUTURO NO LO SABE NADIE, Y Q NOSOTROS SOLO PODEMOS DECIDIR CUAL ES LA ACTITUD CON LA Q LO VAMOS A ENFRENTAR, A VIVIR Y A DISFRUTAR!!
ESO HACE LA DIFERENCIA ANTE TODO EN LA VIDA!!
TE QUIERO MUUUUUCHO!!
TE ADMIRO Y TE APOYAMOS, AUNQ SEA EN LA LEJANIA...
GRACIAS A DIOS, TIENES TANNNNNNTO!!....
HERMOSA FAMILIA, AMIGOS, COLABORACION Y
<< ACTITUD >>.
RECUERDA SIEMPRE Q PA LANTE ES PA LLA --->